La aplicación con láser excímero (láser de gas fluorado excitado con un arco voltaico) en técnicas oftalmológicas como las refractivas LASIK o PRK se ha convertido, a lo largo de los últimos 20 años, en una auténtica revolución a escala mundial. Al común de los mortales se nos hacía difícil asumir la precisión y seguridad de un láser que era capaz de tallar una “lente” en la cornea con unas micras de tejido estromal, para así dejar de depender de gafas o lentes intraoculares, pero, a veces, la ciencia alcanza un nivel tal de excelencia, que abre nuevas oportunidades. Este es el caso.