La aplicación con láser excímero
(láser de gas fluorado excitado con un arco voltaico) en técnicas oftalmológicas como las
refractivas LASIK o PRK se ha convertido, a lo largo de los últimos 20 años, en
una auténtica revolución a escala mundial. Al común de los mortales se nos hacía
difícil asumir la precisión y seguridad de un láser que era capaz de tallar una
“lente” en la cornea con unas micras de tejido estromal, para así dejar de
depender de gafas o lentes intraoculares, pero, a veces, la ciencia alcanza un nivel tal de excelencia, que abre nuevas oportunidades. Este es el caso.
Haber alcanzado un producto capaz de
funcionar correctamente en este tipo de procedimientos, con resultados
ciertamente exitosos, fue, y sigue siendo, clave para el desarrollo tecnológico
de sucesivos avances implementados en laseres excímeros, como los sistemas de
eye-tracking (que interrumpen automáticamente la aplicación de laser si el ojo
se mueve, o incluso reorienta el rayo “persiguiendo” al ojo, si el movimiento
es pequeño, para así no interrumpir el tratamiento, o las ablaciones
customizadas por aberrometría. Asimismo, los desarrollos actuales de láseres de
femptosegundo, se han apoyado enormemente en la muy lograda tecnología del
excímero.
Pero este hito en la ciencia, quizá
no suficientemente reconocido, tiene padres, Mr. Steven Trokel y VISX Inc.
Haciendo un poco de historia,
reconocemos los distintos desarrollos de láseres de Gas:
Helio-Neón: el primer laser de gas, inventado por Ali Javan en
1960. Fue el primer laser de luz continua y el primero en operar bajo el
principio de convertir energía eléctrica en luz. Aún se sigue usando en
multitud de aplicaciones, como por ejemplo ciertos punteros láser.
Laser CO2: inventado por Kumar Patel en 1964 tiene multitud
de aplicaciones quirúrgicas. Se usa como bisturí eléctrico, por ejemplo en
Otorrinolaringología.
Laser excímero: hasta el momento en que fue patentado por Steven
Trokel para aplicación en corrección visual, el excímero era empleado
para la fabricación de chips en los años 70. En 1982, Rangaswamy
Srinivasin, James Wynne,
y Samuel Blum,
investigadores en IBM descubrieron el potencial del excímero interactuando con
tejido biológico. Se dieron cuenta de que el excímero era capaz de cortar, o “desgastar”
el tejido sin generar apenas calor en los tejidos adyacentes y con una gran
precisión, como bien sabemos.
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